La ingeniera que llegó a mi obra no solo destacó por su talento, sino también por su forma inesperada de negociar. Su propuesta para asegurar el contrato fue tan tentadora que no pude resistirme. Lo que comenzó como una reunión laboral se convirtió en una experiencia ardiente e inolvidable. Cada instante con ella fue una mezcla de profesionalismo y pasión desbordada, haciéndome disfrutar como nunca antes.