Nos miramos con deseo y sin pensarlo dos veces nos metimos entre los arbustos. La emoción de escondernos, la adrenalina de ser descubiertos, todo nos volvía más calientes. Mis manos exploraban su cuerpo con desesperación mientras nuestros gemidos quedaban ahogados entre las hojas. Cada movimiento era más intenso, más profundo, más prohibido. El aire fresco chocaba contra nuestra piel caliente y el placer se apoderaba de nosotros. ¿Te atreverías a hacerlo en un lugar así? 🔥🌿💦