Llegué a la Ciudad por negocios y quería aprovechar para buscar a mi pequeña hijastra, después de tantos años ya debía ser toda una mujer, no me atreví y para hacer tiempo y tomar valor para llamarle contraté un masaje relajante con final feliz, la chica que me atendió estaba hermosa, el servicio de primera, tuvimos sexo duro y me dejó hacerle de todo, incluso sexo anal, tratarla como mi perra, terminé en su boca e hice que tragara todo mi semen, al final ella misma me animó a buscar a mi hijastra y llamarle en ese mismo momento para sentir su apoyo, pero al marcar el número sonó el teléfono que menos me hubiera imaginado... el de la chica que había penetrado durante una hora!
